El gobierno de Estados Unidos presentó cargos contra una de las empresas más grandes de su país (y del mundo) a la que acusa de haberse convertido ilegalmente en el “guardián” de internet.
El argumento principal es que Google gasta miles de millones de dólares cada año para garantizar que su motor de búsqueda esté instalado como opción predeterminada en navegadores y dispositivos móviles.
Decidir quién tiene razón no será una decisión rápida.
Un momento álgido
El caso podría ser el primero de muchos en los que los reguladores intentan desafiar el dominio de las grandes empresas tecnológicas. Y llega a unas semanas antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Google dice que la denuncia en su contra es “sumamente defectuosa” y que no beneficiará a los consumidores.
Ante este escenario, los funcionarios federales aseguraron que no habían apresurado la investigación para llegar a una denuncia antes de las elecciones del 3 de noviembre.
Google se ha enfrentado a denuncias similares en la Unión Europea. Y presentó una apelación a una multa de US$9.500 millones que exige la Comisión Europea